El aceite de benjuí tiene un aroma dulce, cálido y avainillado y es de color marrón dorado, con una viscosidad parecida a la melaza.
El aceite esencial se extrae del árbol Styrax Benzoin, que procede de Java, Sumatra y Tailandia y alcanza los 8 metros de altura. Se realizan profundas incisiones en el tronco del árbol, del que exuda la savia de color grisáceo. Cuando la masa resinosa se vuelve dura y quebradiza, se recoge de la corteza.
El benjuí, también conocido como goma benjamina, es uno de los ingredientes clásicos del incienso. En las civilizaciones antiguas se utilizaba para fumigar y también es un ingrediente del "bálsamo de fraile", una ayuda para los problemas respiratorios. También se utiliza como fijador en la industria del perfume.
Entre las propiedades terapéuticas del aceite de benjuí figuran las siguientes: antiséptico, antidepresivo, astringente, antiinflamatorio, carminativo, cordial, desodorante, diurético, expectorante, sedante y vulnerario.
El mayor beneficio del aceite de benjuí reside en que tiene un efecto calmante sobre los sistemas nervioso y digestivo, un efecto calorífico sobre los problemas circulatorios y un efecto tonificante sobre las vías respiratorias.
Además, estimula el páncreas, lo que a su vez favorece la digestión, y se cree que interviene en el control del azúcar en sangre, lo que la hace valiosa para los enfermos de diabetes.
El efecto que tiene sobre la piel es mejorar la elasticidad, ayudando a la piel agrietada, al tiempo que ayuda a la cicatrización de llagas y heridas y, al mismo tiempo, reduce el enrojecimiento, la irritación y el picor.
via www.essentialoils.co.za.